COACHEE Y COACH, COMPAÑEROS DE VIAJE
He aquí que nos encontramos ante una singular
pareja. Pasaré a definir personalmente a cada uno y luego a explicarme:
- Coach: es el
profesional cualificado (titulado, certificado,… etc.) que entrena y acompaña, de manera
sistematizada y adecuadamente secuenciada, a su cliente (Coachee) para el
camino que se va a recorrer desde un Punto A (Estado Origen) al Punto B (estado
Meta, el deseado). El trabajo del coach, tanto personal como profesionalmente,
ha de ser Auténtico, Empático y Transparente.
- Coachee: es la
persona, el cliente consciente de un cambio y de una necesidad íntima de
entrenamiento, que solicita los servicios de un Coach Profesional. El Coachee
toma conciencia de la necesidad de un cambio, se adueña de su propia evolución
y se responsabiliza poniendo orden en cualquiera que sea la parcela de su vida
que decida mejorar, a través de un proceso de coaching.
Mi trabajo como coach consiste en
entrenar en habilidades, competencias, emociones (Algunas de mis tareas como Coach)
y, con ello, contribuir a abrir y moldear esa mente de arcilla, de la que
escribía yo en el anterior blog, para que el coachee encuentre en sí mismo esas
herramientas y recursos que desarrollarán su potencial e incrementarán su
desempeño apoyándole (así es como trabajo) en un “ir más allá” de donde suele ir. Ni que decir tiene que, el coach,
ha de tener sus emociones auténticamente trabajadas (como es mi caso, y en
continuo entrenamiento – www.emociona.es
), poseer la formación adecuada y confiar plenamente en las posibilidades de su
Coachee. Por tanto, el coach, para trabajar de manera profesional, ha de haber
descubierto y trabajado su propia autenticidad,
su capacidad de empatía y la aceptación positiva incondicional de las posibilidades de
la persona que tiene enfrente: el Coachee.
El Coachee, el cliente, el verdadero
protagonista del proceso ya ha contactado con su coach. Ha pedido información y
se ha decidido. Al Coachee le caracteriza varias actitudes:
· Compromiso: ha dado el paso y se ha abierto
camino en un proceso de coaching. Por tanto, el cumplimiento de hitos, con
fechas concretas acordadas y tareas específicas, ha de ser abordado, acometido y afrontado.
· Acción: derivada del compromiso, se
demuestra con actos bien definidos, factibles y apuntando siempre hacia la
consecución de la meta.
· Resiliencia: actitud que durante el
entrenamiento- acompañamiento va a ser necesaria (“no importa las veces que caes, sino las que te levantas”- creo que
la cita, que no es literal, figura en el guion de Rocky VI-) y el coach va a
estar ahí, apoyando y entrenando al Coachee.
Por supuesto, hay otras
muchas actitudes y cualidades, tanto del Coachee como del Coach, que también
son de gran importancia y que no he mencionado. Sin embargo, son estas las que
he elegido (por mi experiencia) como muestra de la fascinante y efectiva
relación que se establece entre el Coach y el Coachee y viceversa. Las demás
las descubrirás tú, quien lee este blog, durante, si así lo decides, nuestro
proceso del que te hablaré de sus principales características en próximos
blogs.
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